Galardonada con el Premio Nacional de la Crítica estadounidense, Latierra que vio nacer el blues reúne las crónicas de los azarososviajes del legendario folclorista Alan Lomax por el Delta delMississippi a lo largo de los años treinta y cuarenta de la pasadacenturia. Pertrechado con un rudimentario equipo de grabación y con el ánimo de documentar y preservar el acervo musical de la región ùqueempezaría a explorar de la mano de su visionario progenitorù, Lomaxdio voz, por vez primera, a los grandes profetas del blues. Leadbelly, Fred McDowell, Muddy Waters y muchos otros inmortalizarían susprimeras grabaciones en los discos de acetato y aluminio que cargabaen su desvencijada tartana nuestro antropólogo impenitente.
La laberíntica odisea del autor por el corazón musical de la Américanegra no tiene parangón. Jugándose, en no pocas ocasiones, algo másque el tipo ùcon la chusma policial que asolaba los condados másracistas de la antigua Confederaciónù consiguió, pese a todo, acometer tan arriesgada misión y ofrecernos el tesoro bibliográfico acaso másimportante de la historia del blues. Robert Palmer, Ted Gioia y todoslos que han tratado de cartografiar los orígenes de esta música seabrevaron en esta desbordante fuente primigenia.
Por medio de audaces confesiones, conversaciones clandestinas ùacorazón abiertoù con músicos, aparceros, presos, pistoleros y arrieros ùdescendientes todos de esclavos, mas esclavos, todavía, a todos losefectosù, Lomax nos brinda, junto a sus propias vivencias, lostestimonios autobiográficos de los primeros maestros de este arte.Espontáneas confidencias, la ,mayoría, plagadas de vívidos relatos que vertebran la historia jamás contada de quienes, con más sangreque sudor, levantaron este país, a cambio de linchamientos,encarcelamientos, violaciones, torturas y otras lindezas.
Una de las figuras más notables del siglo XX, célebre por dar aconocer, a lomos de las ondas radiofónicas, a legendarios músicos como Woody Guthrie, Muddy Waters, Pete Seeger, Leadbelly o Burl Ives, eigualmente venerado por reconciliar a toda una nación con los tesorosde su música folclórica, Lomax traza brillante - mente los contornosde la era del blues temprano en narrativas que «dan vida a un dominioque la mayoría de nosotros nunca podría haber llegado a conocer deprimera mano» (The New York Times Review of Books). Esta obra magnarevela cómo cambió no solo la forma en que toda la nación escuchaba su propia música, sino también la propia forma de ver y entender supaís.
La tierra que vio nacer el blues da voz a los bardos que convirtieronel sufrimiento en arte: Muddy Waters, el padre del blues moderno,Robert Johnson, tan legenda - rio por sus brillantes contramelodíascomo por su temprana muerte, Fred McDowell y Son House, quienesiniciaron a Mick Jagger y a Eric Clapton en los misterios del blues.Ambientada en una era tan dura y fértil como el limo del Delta, Latierra que vio nacer el blues revela cómo el río de la culturaafroamericana desbordó sus represivas orillas para darnos el rhythmænÆ blues, el soul y el rock ænÆ roll, y la única forma artísticagenuinamente estadounidense de la que emanan las anteriores, el blues, destilando el dolor de quienes cambiaron para siempre la historiamusical estadounidense.